Umut Kucuk, gerente general de Balsu Agro Chile: «A Chile no le falta nada para convertirse pronto en el segundo productor mundial»

Umut Kucuk es gerente general de la empresa productora de avellanas Balsu Agro Chile SpA, compañía turca que se instaló con 165 hectáreas en la Región del Maule para producir este frutal en el país. 

Kucuk se refirió a sus experiencias tanto en Chile como Turquía frente al fruto, las similitudes y diferencias entre ambos países respecto a su cultivo y lo que le falta a Chile para llegar a ser como Turquía, que actualmente es el mayor productor de avellanas a nivel global, señalando que: “A Chile no le falta nada para convertirse pronto en el segundo productor mundial”.  

¿Cómo han sido sus experiencias en Chile y Turquía respecto al avellano europeo?

Trabajo en Balsu Agro desde 2015. Los primeros 3 años, hice investigaciones, visitas y recopilé información en Turquía y diferentes países sobre el cultivo de avellanas. Visité muchos huertos en Europa, Caucasia, Estados Unidos y Chile. Esas visitas me dieron una gran ventaja para comprender las variedades de avellana y los diferentes métodos de cultivo en distintos tipos de suelo y condiciones climáticas.

Al inicio del proyecto habían 16 países en nuestra lista de inversiones potenciales, y al final Chile se desempeñó mejor que el resto en la mayoría de las formas que evaluamos. Decidimos invertir en Chile durante 2018. El primer año fue muy desafiante para establecer una empresa y un huerto desde cero, pero habíamos recibido mucha ayuda de la comunidad de avellana de nuestra zona y nos dimos cuenta que terminamos la primera plantación a los 6 meses de la llegada. Aquí hay viveros muy bien establecidos, arriendo y venta de maquinaria agrícola profesional y mano de obra calificada, por lo que pudimos encontrar todo lo que necesitábamos aquí.

¿Qué diferencias pudo notar entre ambos países respecto al cultivo de avellano europeo?

Chile tiene una posición única en el cultivo de la avellana. En realidad, el clima no es favorable para la avellana en la Región del Maule, según las condiciones naturales de cultivo. Como todos sabemos, la humedad y el régimen de lluvias abundantes y bien distribuidas, son una parte fundamental del cultivo de la avellana; sin embargo, aquí los agricultores chilenos tienen un muy buen conocimiento para superar y adaptarse a cualquier tipo de dificultad. Incluso frente a todos esos desafíos, Chile se convirtió en el número uno en promedios de producción por hectárea con más de 4 toneladas por hectárea.

Por otro lado, Turquía, sigue otro camino en el cultivo de la avellana, allí tenemos más de 700 mil hectáreas de superficie plantada de este frutal. La zona de plantación de Turquía está situada en la zona del Mar Negro y tenemos condiciones naturales muy favorables para cultivar avellanas. Dicha región tiene más de 1.000 mm de lluvia al año y alta humedad durante toda la temporada.

Sin embargo, esta zona es muy escarpada, no permite el uso de ningún tipo de maquinaria y es peor para todo tipo de aplicaciones y época de cosecha en los huertos. Como resultado, la producción media de Turquía es inferior a 1 tonelada por hectárea, pero con la ventaja de una gran superficie de producción, Turquía defiende su primera posición en la producción.

Entonces, Turquía está usando a su favor la gran área de cultivo para mantener el liderazgo de la producción de avellanas, pero Chile, por su parte, está usando técnicas de cultivo extensivas y maquinaria para aumentar el rendimiento y reducir el costo.

¿Qué similitudes observó?

Para ser honesto, no hay tantas similitudes entre los dos países en cuanto a métodos y resultados de cultivo de avellanas. Turquía cultiva este frutal principalmente con los métodos tradicionales, mientras que en Chile con el favor de la agricultura a gran escala; los productores pueden utilizar técnicas modernas y mecanización. Por otro lado, los chilenos y los turcos tienen muchas similitudes en la hospitalidad, preservan la cultura y las tradiciones, respetan a la familia y el orgullo de su país es casi el mismo.

¿Qué ventajas comparativas poseen ambos países que permiten un considerable cultivo de este frutal?

Ambos países tienen sus propias ventajas en el cultivo. En Turquía, los avellanos crecen de forma natural a favor del clima y el suelo. El historiador griego Herodoto, mencionó sobre el cultivo de la avellana en la región del Mar Negro durante el año 460 a. C. Por lo tanto, Turquía tiene una historia con el cultivo de la avellana de casi 2.500 años.

Para Chile la avellana es un producto nuevo, pero con la experiencia de la Fruticultura, se convierte en una ventaja. Los huertos establecidos en una plantación organizada permiten el uso de maquinaria, además de facilitar las aplicaciones y la cosecha. En Turquía, el 60% del costo del cultivo de la avellana proviene de la cosecha. La recolección mecanizada es la clave para reducir los costos de producción.

Otra ventaja de Chile es el tamaño de los campos. Turquía tiene más de 450 mil productores individuales de avellanas y el tamaño promedio de los huertos de esta fruta de Turquía es de 0,5 hectáreas; de modo que esa escala no permite a los productores de avellanas turcos invertir en maquinaria y otros equipos agrícolas. Además, esa situación crea grandes desafíos en materia de trazabilidad y sostenibilidad.

Por último, pero no menos importante, Chile también tiene una ventaja de contra-temporada; más del 90% de la avellana crece en el hemisferio norte y se le ha dado la oportunidad a Chile de ser más competitivo en precio especialmente.

¿Qué le puede faltar a Chile en cuanto a producción de avellanas para alcanzar a Turquía?

Principalmente, para tener una mayor participación en la producción de avellana, dependerá de la zona de cultivo. Necesitamos aumentar el área de plantación en Chile con un mayor promedio de rendimiento. El aumento de la producción traerá inherentemente la industria de procesamiento a Chile y agregará más valor a la producción nacional chilena y los ingresos de exportación. A Chile no le falta nada para convertirse pronto en el segundo productor mundial.

¿Qué cualidades tiene Turquía que lo han llevado a ser el mayor productor de avellanas del mundo?

La razón más importante es que tiene el área de cultivo de avellanas más grande del mundo, lo cual comenzó con el apoyo del Gobierno de Turquía a partir de la década de 1940, para evitar la erosión y los deslizamientos de tierra en las zonas escarpadas de la región del Mar Negro. Fue una situación en la que todos salieron ganando; se generó un gran impacto positivo en la naturaleza y el sector mejoró socioeconómicamente. Pero a lo largo de los años, las tierras comenzaron a dividirse en partes más pequeñas, y cuando las generaciones jóvenes comenzaron a mudarse a las grandes ciudades, la mayoría de los huertos de avellanos se descuidaron en alguna medida, a partir de los años 90. En la última década, con la ayuda y el apoyo de los procesadores y exportadores, los productores comenzaron nuevamente a prestar atención a sus huertos.

 ¿Cree que Chile debería imitar el modelo turco para expandirse en este mercado?

En mi opinión, Chile tiene un modelo propio, especialmente en el cultivo de la avellana y no necesita imitar a ningún otro. El país posee una muy buena acumulación de conocimiento agrícola y se han estado compartiendo diferentes experiencias para incrementar y difundir el cultivo de dicho fruto en Chile. Por otro lado, como productores de avellana, necesitamos trabajar más en la comercialización y promoción de la conciencia y reputación de nuestra avellana chilena; tiene que convertirse en marca. Hemos estado utilizando técnicas muy modernas y respetuosas con el medio ambiente y lo más importante es que somos muy buenos en la trazabilidad que comenzó a ser más cuestionada por los compradores y consumidores año tras año. Necesitamos promover esas ventajas a nivel nacional primero para incrementar el consumo local, y luego ampliar la campaña en toda América Latina.