Cristián Meriño, investigador de BIOREN-UFRO y la información respecto al avellano europeo: “Estaba concentrada en el Maule o en estudios realizados en zonas mediterráneas”

Sostenibilidad, calidad e investigación, son aspectos fundamentales en la producción del avellano europeo. La Universidad de la Frontera (UFRO) junto al Instituto de Investigaciones Agropecuarias y empresas frutícolas, están a cargo del proyecto «Sostenibilidad y uso eficiente de recursos en la producción de avellano europeo en la zona sur de Chile». En entrevista con GlobalHazelnuts, Cristián Meriño, investigador en el Núcleo Científico Tecnológico en Biorecursos (BIOREN-UFRO), explicó las razones para investigar al respecto.

¿Por qué estudiar al avellano europeo?

Nosotros hemos trabajado con especies frutales de relevancia comercial, primero con arándanos, luego derivamos al cerezo y luego al avellano. Dentro de esta relevancia comercial, vimos que ya hace unos cinco o seis años atrás se comenzó a advertir un incremento importante de la superficie plantada del avellano en la Araucanía.

Además, toda la información que era relevante y que estaba referida a la producción de avellanas, estaba concentrada en el Maule o en estudios realizados en zonas mediterráneas, como Italia, España, Portugal, Grecia o Estados Unidos.

¿Por qué decidieron hacer esta investigación?

Nosotros nos propusimos empezar a generar información desde acá, en términos nutricionales, componentes industriales y resistencia a enfermedades o a climatología. Incluso ver también algunos componentes que podrían diferenciar la calidad nutricional del fruto producido acá en la zona, versus lo que podría ocurrir en la zona central.

Pienso yo que hemos ido dando respuesta a algunas inquietudes respecto a nutrición o a cuando poder aplicar, ya que los momentos son distintos de lo que ocurre en la zona central, principalmente por que la fenología tiene dos o tres semanas de retraso.

¿Cuáles son los ejes de su proyecto?

Por un lado está la parte genética, desde el punto de vista de cómo se adaptaban los avellanos, nogales y cerezos a las condiciones del sur de Chile. Respecto al avellano, en particular, revisar la sostenibilidad en la producción. Es decir, una mirada más amigable con el medio ambiente, buscar alternativas más agroecológicas, que sentarán las bases de la producción orgánica en avellanos.

Por último, en la post cosecha hay una componente importante respecto a cómo se mantiene el avellano que es secado, descascarado y que tiene un alto contenido de aceites, pensando en que la calidad de esta fruta permita llegar al mercado europeo o chino.

¿Los objetivos de su investigación actualmente?

1.- Evaluar estrategias nutricionales, ya sea convencionales u orgánicas.

2.- Conocer la interacción patógeno-planta que hay entre el avellano y ciertas enfermedades y también con algunas plagas.

3.- Conocer más el componente «post cosecha»: cuál es el contenido, la necesidad que puede tener la fruta, cómo se puede defender este producto o esta planta a algunos estreses abióticos y bióticos, en relación a su potencial antioxidante.

4.- Comparar la viabilidad climática, en términos de fotosíntesis, carga frutal y protección del cultivo frente a excesos de radiación o bajas temperaturas.

5.- Recoger toda esta información y transferirla a la comunidad productora y agricultora, a través de medios virtuales o escritos que permitan poder realizar esta difusión de resultados.

¿Cómo concretarlos?

A través de la implementación de experiencias en terreno, en el campo. Tenemos vinculados a 15 productores de La Araucanía y del Maule, con ellos hemos ido trabajando en conjunto con las empresas asociadas. No trabajamos solo con los productores grandes, sino también con el productor pequeño, aquel que tiene dificultad muchas veces de implementar un trabajo.

Sin duda que las plantaciones más grandes, que están más tecnologizadas, nos permiten tener información con menos ruido. Sin embargo, podemos tener una muy buena estrategia para trabajar e implementar estos experimentos y ensayos.

Entonces el 70% del proyecto se basa en el trabajo en terreno y un 30% que es de laboratorio. Lógicamente tengo que realizar algunas determinaciones, principalmente apuntando a aspectos de calidad industrial del fruto y de valores nutricionales, que deben realizarse sí o sí en un ambiente de laboratorio.