Consideraciones técnicas y económicas para aumentar la rentabilidad de un huerto de avellanos europeos

Los buenos precios de los últimos años han desatado una verdadera locura entre los productores por plantar avellanos europeos. A tanto ha llegado la situación que desde los viveros se ha informado que en la actualidad no existen plantas disponibles.

Por lo mismo, se espera que en los próximos años sean cientos los que ingresen a este negocio. En ese contexto, dicen los expertos, es sumamente importante que antes de cualquier cosa, los interesados conozcan en profundidad cuáles son los aspectos que influirán en mayor o menor medida en la rentabilidad del proyecto que pretenden iniciar.

Si bien existen aspectos generales que deben ser considerados a la hora de instalar un huerto de avellanos europeos, los cuales forman parte de un modelo base, hay otros, como el diseño, que influirán de forma directa en los resultados que se obtengan y, por ende, en los objetivos del productor.

“La proyección de flujo dependerá de varios aspectos, como el lugar donde esté ubicado el huerto, las condiciones edafoclimáticas, la capacidad del agricultor, el tamaño del huerto y una serie de factores que hacen a ese proyecto único”, indica Gabriel Aguilar, responsable de la coordinación con los productores y de investigación y desarrollo de Agrichile.

La elección del lugar

Uno de los aspectos que, sin duda, tendrá mayor repercusión en la productividad que alcance el huerto será el lugar donde se establezca. Y es que allí se conjugarán aspectos como la calidad del suelo, el clima y la disponibilidad de agua.

A nivel general, los especialistas recomiendan buscar zonas que no se encuentren en altura, con el fin de evitar las heladas tardías en primavera, las cuales pueden terminar por afectar de forma importante la cuaja. Esas condiciones históricamente se han encontrado en lugares específicos de la zona centro, entre las regiones del Maule y La Araucanía, donde las plantaciones además tienen mayor acceso al agua.

Respecto al suelo, los expertos recomiendan cerciorarse de la factibilidad técnica que éste presente. Si bien el avellano crece de buena forma en la mayoría de los suelos —desde arenosos hasta rojos arcillosos— requerirá de una preparación distinta, dependiendo del que se utilice. En ese contexto, el drenaje resultará fundamental. “La no oxigenación del suelo o tener napas freáticas a la altura del desarrollo de las raíces se transformará en una condena para el productor, por lo que hacer los diagnósticos correctos resulta fundamental. En base a esto, se deben programar las faenas o labores requeridas para realizar una adecuada habilitación del suelo”, explica Gabriel Aguilar.

Es en este punto donde se comienzan a marcar las primeras diferencias en el potencial económico que pueda tener el huerto. Así, los que reciban un trabajo serio y bien desarrollado tendrán mayores opciones de obtener resultados más homogéneos, lo que a la larga influirá positivamente en el desarrollo del proyecto. Sin embargo, los especialistas son claros al respecto: “Esto no necesariamente significa que la inversión será más baja, sino que a la larga impactará positivamente en la rentabilidad del proyecto. Es decir, a veces habrá que invertir $200.000 más por ha para realizar determinados trabajos, los cuales significarán que, en el futuro, el productor se pueda ahorrar hasta $1.000.000 por ha”, explica Eugenio Ulrici, gerente de Agrichile.

Los huertos ubicados en suelos muy pesados, por ejemplo, si son trabajados con camellones o puestos en una ladera, y drenados como corresponde, pueden lograr excelentes resultados. Algo similar ocurrirá con proyectos ubicados en suelos arenosos, donde si se instala una línea de riego más y se hacen las aplicaciones como corresponde, se podrá lograr un resultado positivo. Esta situación también se dará en huertos ubicados en suelos trumaos de ph 5.6 o en calcáreos con ph 8.0 u 8.2. Lo realmente importante, dicen los expertos, es realizar un manejo de suelo adecuado.

Con el tiempo los proyectos comerciales de avellano europeo han comenzado a ganar terreno en diferentes lugares del país. De hecho, en el último tiempo, se han detectado ciertas zonas costeras con influencia marítima, climas suaves y con un poco más de humedad relativa de lo normal, que se han transformado, a juicio de los especialistas, en lugares de plantación bastante interesantes. “No obstante, en esos casos, siempre es importante analizar la variable de la disponibilidad de agua, que es trascendental para conseguir que la planta se desarrolle bien y consiga buenas producciones”, asegura Gabriel Aguilar.

El profesional de Agrichile comenta además que al sur de Collipulli también se han identificado zonas con buena productividad, aunque quizás con un poco menos de potencial. “Pese a ello, la rentabilidad del proyecto seguirá siendo muy superior a la que se da con otros cultivos de la zona como trigo, raps y otros”, agrega.

Buscar la planta perfecta

Tan importante como encontrar el lugar adecuado para establecer el huerto, es contar con plantas de buena calidad, capaces de producir frutos que respondan a los requerimientos del mercado y, por ende, que sean valorados.

Cabe destacar que las plantas de avellano europeo tienen una larga vida productiva. Incluso, en Estados Unidos existen plantas con más de 100 años de vida, que aún mantienen producciones atractivas para el negocio.

De acuerdo a los especialistas, si bien esta especie posee una planta muy noble, que reacciona muy rápido ante manejos de corrección, por lo que se puede reformar su parte aérea con facilidad, ésta debe ser de buena calidad. Para ello resultará fundamental que los productores adquieran material en viveros establecidos y, ojalá, que cuenten con una certificación del SAG.

El diseño del huerto y la mecanización

Dependiendo del diagnóstico que se haya hecho de las condiciones edafoclimáticas del lugar de plantación, se tendrán que establecer los equipos de riego, las precipitaciones y los planes de manejo que se utilizarán. De igual forma se tendrán que definir algunos aspectos importantes sobre cómo llevar a cabo tareas como las podas y la fertilización. Si bien en la actualidad se sabe con bastante claridad cuáles son las claves para manejar cada uno de estos aspectos, los expertos aún siguen investigando, con el fin de ampliar el abanico de posibilidades para los productores.

El establecimiento del modelo de conducción, por su parte, estará ligado con lo que busque el productor y, por supuesto, con sus recursos. Y es que parte importante de la decisión pasará por si se desea mecanizar o no el huerto.

Cabe destacar que un huerto de avellanos europeos que ha pasado su etapa de formación, es decir, el tercer año de edad, puede ser mecanizado al 100%, lo que es sumamente conveniente desde el punto de vista del uso de los recursos. Y es que el costo de la cosecha manual se mueve, en la actualidad, entre $220 y $250 por kilo de fruta, mientras que el de la cosecha mecanizada llega a $75 por kilo. 

Sin embargo, antes de adquirir maquinaria, los expertos recomiendan considerar un tamaño óptimo mínimo, factor que se relaciona con la superficie mínima que se requiere para que la compra de maquinaria agrícola se justifique dentro de los lineamientos del negocio, lo que en la práctica se logra con 40 o 50 hectáreas.

En Agrichile calculan que un proyecto mecanizado, que se encuentra bien desarrollado, no debería ocupar más de una persona por cada 30 o 40 hectáreas, lo que desde el punto de vista del manejo de los costos es tremendamente bueno. “Es importante considerar, eso sí, que en los primeros años, cuando las plantas son más pequeñas, requieren de algunos cuidados especiales, por lo que algunas labores y aplicaciones deberán llevarse a cabo de forma manual”, indica Gabriel Aguilar.

Entre las máquinas que se deberían considerar para las labores del huerto se encuentran: una cosechadora, un tractor, un turbo nebulizador, una trituradora de sarmiento y, eventualmente, un emparejador de suelo. 

Consideraciones económicas

Si bien es difícil generalizar, pues todos los huertos tienen condiciones y necesidades distintas, en Agrichile comentan que, en promedio, la inversión que debe hacer un agricultor que quiera instalar un huerto de avellanos europeos llega a $5.000.000 por hectárea, donde se consideran los costos de operación hasta el cuarto año. Cabe destacar que en esta cifra no se contempla la compra de la tierra.

Si todo sale bien el productor obtendrá su primera cosecha importante al quinto año. Se debe considerar, además, que una vez que el huerto comience a producir y llegue a la adultez, los costos bajarán, pudiendo llegar a niveles de entre US$ 0,75 y US$ 1,5 por kilo de fruta. Se espera que al quinto año el productor pueda pagar sus costos de operación del proyecto, y que al noveno o décimo pueda recuperar su inversión. Cabe destacar que estos cálculos son sacados considerando un precio promedio de US$ 2,7 por kilo, lo que corresponde a una cifra tremendamente conservadora. “Lo más probable es que durante los próximos años tengamos precios que se muevan en torno a los US$ 3 por kilo”, dice Eugenio Ulrici.

Fuente: El Mercurio