Andrés Reyes, gerente general de Agroreyes: «Chile debe transformarse en uno de los principales productores de avellana a nivel mundial»

¿A qué se debe el crecimiento de la producción de los últimos años?

Principalmente se debe a la estabilidad económica y productiva del negocio, lo que llama la atención a inversionistas y futuros productores, ya que a diferencia de un frutal normal, la producción del avellano es muy estable, independiente de cuántos kg/há se hable. Tienen que existir condiciones, ya sea de manejo o climáticas, muy desfavorables para hablar de una variación en productividad, lo que no ocurre con otros frutales, que son mucho más sensibles a temas climáticos.

Económicamente el avellano es un negocio muy rentable y viable a largo plazo, destacando que es el único frutal en el que se puede realizar un seguimiento de su precio, desde Septiembre hasta Febrero.

También, el crecimiento del cultivo se debe a las características de Chile como país productor de avellana, teniendo cerca de 800 km de plantaciones, desde la región del Maule hasta Los Ríos, encontrando diferentes tipos de clima y suelo para establecer el cultivo.

En tu opinión ¿Cómo calificarías el desarrollo del avellano en nuestro país?

Creo que como todo frutal partió bastante lento, cerca del año 1996 al año 2000, como una prospección del cultivo en Chile, gracias a la instalación de la empresa Ítalo-Alemana, Ferrero quien incentivó la producción de este frutal. Desde el año 2000 a 2005 existe una apertura del cultivo, buscando zonas para plantar y donde se empieza a generar información sobre el cultivo. Desde el año 2005 a 2010 se comienza a realizar un trabajo de expansión y promoción.
Desde 2010 en adelante parte de lleno la expansión del cultivo en Chile, con un buen desarrollo, considerando la variedad Barcelona como polinizante y estableciendo variedades americanas. En el año 2012 ya existían alrededor de 6.000 há plantadas en Chile de Avellano Europeo.
Pese a que aún existen falencias tanto técnicas como comerciales, creo que debemos buscar máxima productividad y estabilidad respecto a los manejos, especialmente en la zona del Maule en lo que respecta a la adaptabilidad de la planta al cambio climático.

¿Cuáles son las ventajas que tiene Chile para la producción de avellano europeo?

Chile posee variadas ventajas. La primera es la gran línea para evaluar diferentes tipos de suelo y clima, cerca de 800 km en promedio, desde Curicó hasta al sur de Osorno, lo que permite una diversidad de suelo, clima, manejo y variedades entre otros.
Otra ventaja conocida es el profesionalismo de la agricultura chilena, por lo que es bastante fácil adaptarse al cultivo mediante manejos técnicos, manejos de características varietales, conocimientos, etc. Considerando también lo desarrollada que se encuentra la agricultura en nuestro país, lo que facilita a los productores al momento de emprender un proyecto frutícola, en especial con este cultivo que está siendo relativamente nuevo en Chile.
Además, la buena capacidad de adaptarse a cambios, generalmente asociados a modernización y cambios tecnológicos es otra ventaja para la producción del avellano en Chile, ya que si bien, este cultivo llegó al país como un frutal casi rústico, tiene la capacidad de tener una buena mecanización, por lo que estamos en condiciones de responder muy bien ante esa mecanización haciendo más eficiente los manejos de los huertos.

¿Cómo consideras que ha sido el desarrollo de la producción y exportación del avellano europeo en Chile desde sus inicios?

El desarrollo del avellano ha sido bastante bueno, especialmente en el tema productivo. Hemos logrado entender el funcionamiento de este frutal y del mismo modo los errores que se han cometido desde el principio, mejorando los manejos y productividad.
Con respecto a la exportación, Chile en un futuro próximo será un país interesante con respecto a la producción de avellanas. Actualmente, más del 95%, prácticamente 100%, de la producción con cáscara de este frutal se entrega directamente a Agrichile, filial agrícola de Ferrero en nuestro país. Cada día los productores están siendo más profesionales y la mayoría están entregando su fruta limpia, con humedad de pepa estabilizada. Creo que el desarrollo de la exportación no se ha potenciado mayormente debido a la sencillez, simpleza y transparencia de la compra de la fruta a través de Agrichile, aun así, se han realizado un par de exportaciones por parte de privados en busca de nuevos mercados.

¿Qué le falta a Chile para llegar a los primeros lugares de producción y mejorarla?


Según mi experiencia, conociendo diferentes realidades del cultivo en el mundo, Chile se encuentra muy bien ubicado, especialmente en lo referente a la innovación. El hecho de ser un país productor/exportador de fruta, ha hecho bastante fácil la tarea de implementar este cultivo en las mejores líneas tecnológicas de avance, lo que creo, facilitó mucho la obtención de buenas producciones, las que sobrepasan incluso las medias de países como Italia y Turquía donde se origina el cultivo. Sin embargo, en el caso de Turquía, su sistema de producción no debiese ser comparado con condiciones frutícolas normales, ya que la mayoría de los cultivos turcos no son huertos establecidos de forma agrícola, sino que principalmente de forma silvestre. En el caso de Chile, al compararlo con Italia ó EEUU, nuestro país no tiene nada que envidiarle en lo que respecta a manejos, sin embargo creo que debemos esforzarnos aún más para obtener producciones estables y de calidad. Estamos trabajando para mejorar esas condiciones; estamos estudiando los procesos de la avellana, como por ejemplo, el llenado de pepa, el porcentaje de cuaja y la uniformidad de la cosecha. A su vez, estamos mejorando los procesos mecánicos con el objetivo de a que Chile, logre una muy buena calidad de la fruta.

¿Qué caracteriza a los productores de avellano chilenos?
Como país poseemos una cultura agrícola bastante desarrollada, siendo uno de los principales productores de cereza del mundo, la reina de la fruta fresca, llegando con ella a China.En el caso de la avellana, el cultivar un fruto seco que permanece bastante tiempo en la planta, teniendo la oportunidad de cosecharlo del suelo favorece aún más el desarrollo de este cultivo.
Creo que esto beneficia a los productores de avellano, ya que al desarrollar una planta más sencilla, le permite estar abierto a los cambios y mejoras, así como también muy atento al desarrollo de nuevos manejos y formas de cultivar la avellana.

Según International Nut and Dried Fruit Council (INC) Chile es uno de los 6 países del mundo que más produjo avellano europeo sin cáscara en el periodo 2019/2020 ¿Cuál es tu pronóstico para nuestro país este año y en un futuro próximo?

Hoy en día, Chile comienza a aparecer en las estadísticas mundiales de producción de avellana, sumando cerca de 40 mil toneladas con cáscara, lo que equivale cerca de 18 mil toneladas descascaradas exportadas.
Como proyección, creo que al año 2025, debiésemos llegar a 50 mil há plantadas. Contamos con una tasa de plantación cercana a las 3.000 há al año. Si lo anterior se proyecta a productividad, el año 2025 debiésemos llegar a las 80 mil toneladas con cáscara, equivalente a 35 mil toneladas descascaradas aproximadamente, por lo que a nivel mundial, nos posicionaríamos dentro de los cuatro primeros productores, equivalente al 8% – 10% de la producción mundial. Lo más probable es que el desarrollo del avellano siga creciendo, a medida que los márgenes productivos se vayan asentando.
Si esto se proyecta económicamente, tal como lo estamos viviendo hoy en día, seguramente, nos situaremos, a corto plazo, dentro de los tres primeros productores con cerca de 100 mil há plantadas en Chile, lo que equivale a una producción mundial cercana al 20%. Creo que nuestro país tiene la capacidad para desarrollar esto y mucho más en torno al cultivo del avellano.

¿Cuál es la demanda de avellano europeo hoy?

En Chile todo lo que se produce se entrega a Agrichile que es el único “poder comprador”, siempre y cuando esté dentro de los rangos de calidad solicitados.
En lo que se refiere a demanda mundial del avellano, se produce cerca de 1 millón de toneladas con cáscara, y según lo comunicado por el IMC, el consumo per cápita de avellana aumenta año a año en diferentes niveles dependiendo del país.
La oferta con la demanda permanece siempre equilibrada, por lo que se debe buscar cómo reemplazar las producciones turcas,respetando la trazabildad y cumpliendo con todos los procesos sustentables. Por eso creo que la oferta no debiese preocuparnos si está en equilibrio con la demanda, ya que produciendo una fruta trazable y certificable, asegura una posición en el mercado sin considerar cual sea la demanda.

¿Cuáles son las últimas tendencias e innovaciones en lo que respecta a producción?

Estamos realizando un trabajo muy técnico en torno a los manejos, sanidad y zona de confort de la planta, en lo que respecta a adaptabilidad climática y tipos de suelo.

Hoy en día, nuestros esfuerzos se están enfocados en cómo mejorar producciones iniciales, logrando establecer plantaciones en alta densidad, las que arrojan resultados productivos muy interesantes. Junto con la alta densidad se extrae el problema del control de vigor, lo que también se está trabajando.
Existe un tema que aún esta al debe y que tiene relación con el mejoramiento genético o varietal. En Chile actualmente existe un programa de mejoramiento de selecciones masales que se está realizando a través del INIA.
También, se puede destacar el interés que las químicas están mostrando ante este cultivo, a través de investigaciones sobre aspectos fitosanitarios, lo que les ha permitido encontrar variadas alternativas con etiqueta para avellano. Estos estudios han encontrado nuevas moléculas, más sanas, eficientes y modernas. Además, la mecanización ha avanzado a pasos agigantados, lo que facilita el trabajo en extensas zonas de avellanos.
Estamos en promedio entre los 1.500-1.800 kg por há a nivel nacional. Obviamente este promedio es bastante bajo debido a las formas de cultivo que podían verse anteriormente, como por ejemplo, huertos sin polinizantes. Hoy podemos encontrar plantaciones modernas, de alta densidad, bien manejadas, con un promedio productivo sobre los 4.500 kg/há establecidos en el tiempo, con plantaciones que en el cuarto periodo vegetativo se encuentran en promedio en los 2.000 kg por há, por lo que creo vamos por un sendero bien formado y dirigido.
El avellano en Chile tiene una buena prospección y proyección, transformándose en uno de los cultivos más importantes en nuestro país, por lo tanto tenemos que estar a la altura, ya sea a nivel de productores como a nivel de la industria en general. Chile debe transformarse en uno de los principales productores de avellana a nivel mundial, poniendo el énfasis en producir fruta de calidad, trazable, certificable y con un alto régimen de sustentabilidad.