Compañía italiana Ferrero es acusada de mantener malas condiciones laborales

Los trabajadores denuncian largas jornadas y salarios bajos, los cuales son incluso menores al sueldo mínimo actual en Turquía

Turquía representa el 70% de la producción total y el 82% de las exportaciones a nivel mundial de la avellana. Los productores turcos de este fruto, recientemente denunciaron públicamente las malas condiciones laborales presentadas por la firma Ferrero.

Los agricultores que cosechan avellanas, luego utilizadas por la empresa, aseguran que son explotados, además de recibir salarios bajos. Lo anterior, generó una disputa entorno a los derechos laborales.

Según describen, por 12 horas de trabajo diarias, reciben 12 euros, cifra menor al sueldo mínimo de Turquía. Al respecto, Bahri Koyu (48), un trabajador temporal turco señala que «los propietarios y productores nos pagan salarios insuficientes, porque el precio que obtenemos por un kilo de avellanas es bajo. Este precio no nos beneficia ni a nosotros ni a los productores. Los únicos que se benefician son las grandes empresas».

Aydin Simsek (43), un productor local, indica que «tienen un monopolio, tienen las manos libres». Al mismo tiempo, concordó con Koyu y aseguró: «Ves nuestras condiciones, lo duro que trabajamos (…) Este año, no venderé mis avellanas a Ferrero». A ello agregó que el precio que gana por un kilo de avellanas ha descendido a dos euros.

Ferrero, además de producir los famosos chocolates Ferrero Rocher y los huevos Kinder, también es el encargado de crear la reconocida Nutella, crema para untar de avellanas que compran a Turquía, transformándose en su principal consumidor.

Dicho abastecimiento lo han llevado a cabo durante los últimos 35 años y la fabricación del célebre producto ha significado la construcción de seis instalaciones de la compañía y una flota de 1.000 trabajadores turcos que se desempeñan para la firma italiana.

Por su parte, frente a las recriminaciones, un portavoz de Ferrero indicó que la compañía «no posee ni administra granjas en Turquía» de manera directa y que consigue las avellanas que requiere en base a las reglas del libre comercio.

El presidente de las Cámaras de Agricultura de Estambul, Omer Demir, también se refirió a la problemática, afirmando que «compran avellanas a 22 o 23 liras el kilo y las venden a 23 dólares. ¿Cómo es posible que estos hombres hagan lo que quieran cuando nosotros representamos el 70% de la producción? no se le permitirá «.

A su vez, Demir le solicitó a la autoridad de competencia de Turquía que tome medidas frente al caso. «De lo contrario, controlarán todo en todas partes y llegaremos a un punto en el que no podremos vender nuestro producto a nadie más que a ellos», aseveró.

Bajo la misma línea, el director de la Cámara de Agricultura de Akyazi, Sener Bayraktar, dijo que los agricultores que acusan malos tratos «temen que si hablan, ya no podrán vender sus avellanas».

Sobre la disyuntiva, Bayraktar busca que la Junta de Cereales de Turquía, una organización estatal encargada de regular el almacenamiento, precios y pagos, aumente sus cuotas para que, de esta forma, los productores puedan vender más nueces y diversificar su clientela.

El Gobierno de Turquía se mostró dispuesto a colaborar frente al tema, lo que podría significar mejor calidad de vida y laboral para los trabajadores.

Fuente: Euronews.