Certificación de viveros en Chile

A pesar de que en Chile hay semillas certificadas, no hay viveros que lo estén. En el presente la Norma Específica de Certificación de Avellano (Resolución N° 2974/2018), es la que contiene los detalles del procedimiento, el documento no apunta a certificar a las empresas o viveros como razón social, si no que a las variedades de fruta.  

“Podría explicarse considerando que la normativa es de reciente creación, y por lo tanto pudiera haber desconocimiento sobre la misma y de los beneficios que significa contar con material certificado”, explicó Rodrigo Astete, jefe de la División de Protección Agrícola-Forestal y Semillas del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), en entrevista con GlobalHazelnuts.

Los requisitos para la certificación son:

  • Inscripción del vivero en el Registro de Viveros del Servicio (Resolución Exenta 981/2020).
  • Inscripción en el Registro de Productores de Plantas Certificadas.
  • Inscripción de las variedades a certificar en el Registro de Variedades aptas para Certificación Frutal (RVACF).
  • Descripción varietal según pauta UPOV.
  • Pago de la inscripción.
  • Chequeo fitosanitario para las plagas indicadas en la normativa específica de avellano.

Análisis del Servicio Agrícola Ganadero

Desde el SAG, Rodrigo Astete, asegura que existen varios factores que pueden influir en la poca certificación nacional. Primero es que se necesita “mayor valoración por parte de toda la industria, sobre las cualidades y beneficios de plantar un huerto con plantas certificadas, que tienen la genuinidad varietal comprobable y fitosanitariamente son sanas, libres de las plagas consideradas en la normativa”.

También, el jefe de la División de Protección Agrícola-Forestal y Semillas, asegura que otro factor importante es la planificación predial, ya que se apunta a introducir la nueva genética desde el país de origen del huerto sin considerar “los tiempos apropiados de estudio de la variedad, de adaptación y de aseguramiento de la calidad genética”.

Por último, Astete hizo alusión a la labor de difusión de la normativa de certificación, ya que falta conocimiento de sus etapas y sus beneficios, que transforman el proceso en una inversión que alarga la vida útil de los huertos.