Cáscaras de avellana son utilizadas como paneles

Las cáscaras de avellana son naturalmente sostenibles y brindan belleza, fuerza y rendimiento, además de ofrecer un atractivo color marrón rojizo a los paneles

Las cáscaras de avellana se caracterizan principalmente por tener una descomposición lenta, ser delgadas y duras. Generalmente, estas son desechadas, sin embargo, el científico de la Universidad Estatal de Washington (WSU), Vikram Yadama, descubrió una manera de reutilizarlas y convertirlas en paneles resistentes y duraderos para productos como mesas, gabinetes y más.

En el Centro de Ingeniería de Materiales Compuestos de la WSU, Yadama, junto a un grupo de estudiantes de doctorado, se encargan de transformar, además de las cortezas de las avellanas, otros artículos de desecho agrícola como rastrojos, conchas y fibras en paneles tanto decorativos como arquitectónicos, los cuales fortifican con resina.

A través del WSU Extension, el científico trabaja con fabricantes intercambiando ideas y desarrollando nuevos métodos. Su más reciente proyecto indaga acerca de los cascarones de estos frutales como un ingrediente fundamental e ideal. La iniciativa nació a partir de un cliente de Northwest que necesitaba ayuda para crear paneles de fibra comprimida y es financiada por el Programa de Investigación de Innovación para Pequeñas Empresas del Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura.

Dichas estructuras deben ser lo suficientemente fuertes para sostener una carga en un tramo determinado, además de sujetadores o tornillos. A su vez, tiene que contar con un deslizamiento mínimo o bien doblarse con el tiempo por el peso.

Al respecto, Yadama señaló: «Cuando haces paneles para mesas o gabinetes, algunas cosas se vuelven realmente importantes (…) Lo más relevante es que el aspecto debe ser fenomenal».

Los ingredientes definen el rendimiento y el investigador experimenta con una diversidad de materiales naturales, como las fibras de cáñamo y sorgo o rastrojo de trigo. Algunos de ellos, poseen fibras estructurales largas conocidas como «Bast». En el interior, hay un material conciso y desmenuzable llamado hurd. Estos últimos, operan de manera distinta en un panel.

Las cáscaras de avellana son naturalmente sostenibles y brindan belleza, fuerza y rendimiento, además de ofrecer un atractivo color marrón rojizo a los paneles prototipo del científico.

«Las conchas, la madera y las fibras naturales contienen mucho carbono. Cuando evitas que se degraden, atrapas la liberación de carbono. Si podemos evitar que el material vaya al vertedero y, al mismo tiempo, seguir cultivando más árboles, este ciclo nos ayudará a largo plazo», indicó Yadama.

A lo anterior, agregó que «ha sido una experiencia increíble trabajar con nuestros socios en el desarrollo de estos nuevos paneles de cáscara de avellana. Los clientes de la industria de la arquitectura y el diseño están entusiasmados con los prototipos que hemos mostrado, y esperamos que este nuevo tipo de material sea un gran éxito una vez que esté listo para fabricarse».

Por su parte,  Avishek Chanda, investigador postdoctoral en el laboratorio de Yadama explicó: «Este proyecto es realmente emocionante e intrigante, porque recicla un producto de desecho industrial, reduce la carga ambiental y está orientado a la industria y es relevante para lo que se requiere en el mundo comercial. Más fibras por panel significa que son más biodegradables, económicas y valiosas con un uso mínimo de resina».

Fuente: News Wsu Edu.