Mónica Reveco, gerente comercial de Tavan Chile: “Todavía vemos mucho huerto manejado de acuerdo con el ‘manual’ y la verdad es que la receta debiese ser ajustada siempre a cada situación”

El cuidado del suelo es esencial para lograr una buena calidad de avellanos europeos, por lo que saber sus particularidades y entender cómo funciona es la base para lograr un manejo eficiente durante todo el proceso de cultivo, cosecha y post cosecha. En Tavan Chile trabajan en el desarrollo de herramientas biotecnológicas con énfasis en la sustentabilidad, su gerenta comercial, Mónica Reveco, explicó las particularidades que tiene el suelo del avellano europeo, cuáles son sus cambios en la producción de avellanos y las innovaciones que hoy están presentes en los huertos.

¿Cuáles son las características nutritivas que debería tener un suelo óptimo para cultivar avellanos europeos?

Voy a responder enfocando el análisis desde dos perspectivas, partiendo por la condición física del suelo. En términos generales, un buen suelo para producir avellanos debiese ser bien drenado y con buena permeabilidad, dado que se trata de una especie muy sensible a la asfixia y a la falta de oxígeno en las raíces; responden bien a las texturas medias, francas y franco arcillosas que no tengan mayores limitaciones físicas como presencia de toscas, altos niveles de compactación o escasa porosidad; todo aquello que conspire contra un nivel adecuado de oxigenación debe ser manejado y/o considerado, ya que esta especie es sensible a la falta de agua y además no se caracteriza por tener una excelente capacidad de regulación estomática, por lo tanto manejar el suelo para prevenir episodios de estrés o interrupción del suministro de agua es fundamental. El sistema radical de esta especie tiende a concentrarse más en superficie, no obstante si se encuentra en un suelo cuyas condiciones físicas le permitan explorar más en profundidad lo hará sin duda, pero no hay que olvidar que las raíces, que absorben agua y nutrientes, suelen estar en superficie, concentradas hasta los 40-50 cm de profundidad como máximo. 

Respecto de la condición física, la materia orgánica es el actor clave, ya que permite formar agregados estables, los que a su vez generan estructuras de mejor calidad; el cuidado que hay que tener con la materia orgánica es la generalización con que se aplica el concepto; me explico, muchas cosas son materia orgánica, pero no todas generan los mismo beneficios en términos de eficacia y tiempo en el suelo. Un ejemplo claro es el guano; es muy común ver su utilización masiva en los campos como “mejorador de suelo”, pero la verdad es que el efecto más consistente del guano es su aporte de nutrientes y sales, entre otras cosas. Un aspecto fundamental en el cual le insistiría a los productores es que vean al guano como lo que es, y que empiecen a trabajar la mejora física del suelo con materiales que si hagan la diferencia. En este sentido, lo que hay que usar es materia orgánica estabilizada, compost, extractos húmicos, etc, que pueden convivir perfectamente con otras prácticas tradicionales como es el movimiento mecánico del suelo; la materia orgánica es insustituible, pero no toda es igual y la calidad en esto sí que hace la diferencia.

Veamos ahora el aspecto químico. Creo que lo fundamental desde el punto de vista nutricional, no sólo para esta sino que para casi cualquier otra especie es poder desarrollarse en un suelo equilibrado. Para tomar buenas decisiones es fundamental estar bien informado, y es en este aspecto que los análisis de suelo se transforman en una herramienta crítica, que debiesen ser utilizados con más frecuencia de la que normalmente se aplican; por desgracia no es extraño toparse con situaciones en las que a veces pasan 2, 3 o más temporadas sin hacer un análisis de suelo; es difícil esperar tomar decisiones adecuadas sin información. En este sentido muchos “sustituyen” esta medición por los análisis foliares, pero olvidamos que éste sólo es una foto parcial de la realidad nutricional de la planta, la que puede estar alterada por muchos aspectos. Lo ideal sería contar con ambos grupos de datos y con una visión más integral tomar definiciones.

¿Cómo podría definir los distintos tipos de suelo que hay en la zona Centro y Sur donde se encuentran los huertos de avellano europeo?

Creo que la palabra clave aquí es diversidad. Dada la importancia que el cultivo ha tenido y sigue teniendo, el atractivo que ofrece a muchos productores es que se ha ido expandiendo de forma importante, abarcando toda clase de realidades. Así es posible encontrar huertos en suelos arcillosos, de texturas pesadas, que incluso alguna vez fueron utilizados para el cultivo de arroz en las zonas de Parral y San Carlos; el otro extremo serían suelos de texturas livianas, directamente categorizados como arenosos, en sectores de Los Ángeles, sin olvidar aquellos huertos establecidos en suelos trumaos, derivados de cenizas volcánicas, donde la materia orgánica y la buena permeabilidad aparentemente no son un problema. En este sentido, y siguiendo un poco lo que comentábamos antes, lo más importante a la hora de definir un lugar y/o suelo para establecer el cultivo es contar con información acabada del mismo, ya que por ejemplo un suelo trumao podría sonar como una gran alternativa para avellanos, no obstante sabemos que en muchos de ellos tenemos la problemática de excesiva acidez, alta saturación de aluminio y deficiencia de ciertos nutrientes, por lo tanto para hacerlo más “adecuado” para la plantación de avellano, será necesario incorporar ciertos manejos como uso de enmiendas cálcicas, gestión de nutrientes como fósforo y calcio, vigilar la calidad de la materia orgánica (no basta con que sea mucha, debe ser funcional, soluble y apta para los microorganismos), y control de condición anual mediante análisis químico. Hay que saber lo que se tiene para determinar cómo manejarlo bien, ese es el mensaje central.

¿Cuáles son los cuidados que se debería tener con el suelo previo a la cosecha?

Dado que la cosecha es mecanizada, claramente es fundamental tener un adecuado control de malezas para que nada estorbe la actividad de las máquinas. El suelo no debe estar muy húmedo, de manera tal que facilite el paso de los equipos, lo cual no implica que se deba exponer al cultivo a un potencial estrés hídrico; acortar los riegos y mantener un suelo aireado, pero con buena capacidad de retener humedad ayudan mucho a mejorar la eficiencia de los riegos. El paso de maquinarias se sabe contribuye mucho a favorecer la compactación del suelo, sobre todo de aquellos con mayor contenido de arcilla; para prevenir y mitigar los efectos adversos derivados de la mecanización del cultivo es muy importante el aporte de materia orgánica estabilizada (nuevamente, no guano), de manera permanente en los huertos, esto es año a año, idealmente localizada ya que se mejora el efecto y se facilita la aplicación. En este sentido el uso de compost de buena calidad y productos en base a extracto húmico son tremendas herramientas, ya que se pueden aplicar vía riego y en momentos en los cuales la planta responde mejor, como por ejemplo cerca de los períodos de máximo crecimiento de raíces. En ciertas condiciones de suelo, como aquellos con mayor contenido de limo o de mayor acidez se pueden incorporar también tratamientos en base a calcio, el cual también contribuye con los procesos de estructuración junto con la materia orgánica.

¿Qué pasa con los nutrientes del suelo en el proceso de cultivo hasta la cosecha de avellano europeo?

Si pensamos en un huerto en plena producción, bien formado y manejado, equilibrado en sus partes aérea y subterránea, con un sistema radical sano y funcional, establecido en un suelo con buenas condiciones tanto físicas como químicas y manejado de manera adecuada a los requerimientos y realidad del huerto, debiésemos observar un descenso en algunos nutrientes (principalmente potasio), producto de la extracción que el cultivo realiza desde el suelo para soportar el crecimiento y producción de la temporada. Un suelo en buenas condiciones físicas, químicas y biológicas debe poder aportar los requerimientos del cultivo, tanto las cantidades que se agregan de manera externa (vía fertilización), como aquello que está disponible de manera natural; en esto es importante recordar que una de las propiedades del suelo más relacionada con la fertilidad natural es la capacidad de intercambio catiónico, la cual funciona sobre la base del equilibrio que se mantiene entre la solución suelo (desde donde efectivamente absorbe la planta agua y nutrientes), y la superficie de los coloides como arcilla y materia orgánica, sobre la cual se absorben los cationes de nutrientes como calcio, magnesio, potasio, amonio, etc.; lo que puede suceder a veces son desequilibrios entre los cationes, por lo que alta presencia de algún catión puede afectar la absorción y contenido de otro; una manera de remediar estos problemas es la fertilización, para que el nutriente en déficit ocupe más espacio y no se afecte su absorción. Esta es una de las razones por las cuales es fundamental buscar el equilibrio siempre.

¿Qué características aporta el suelo para que el avellano sea de calidad?

Como en todos los frutales y vegetales, el contenido nutricional del avellano es el producto de la interacción entre los nutrientes que se obtienen desde el suelo, los compuestos generados por la fotosíntesis y aquellos que se forman a partir de los carbohidratos, concretamente los ácidos grasos que son parte importante de este fruto y su semilla. Nutrientes como el potasio, fósforo y boro son críticos para la síntesis de carbohidratos y posterior conversión a lípidos, por lo tanto, la disponibilidad debe estar asegurada durante los períodos de polinización, crecimiento y llenado de frutos; otro aspecto donde el suelo tiene mucho que decir tiene que ver con el aporte de calcio, ya que el contenido de este nutriente en la nuez es alto (de hecho, se recomienda mucho en dietas veganas o similares como fuente complementaria de calcio); la mayor parte del calcio proviene desde el suelo, y como se absorbe únicamente a través de raíces nuevas plenamente activas, una condición físico-química óptima del suelo asegurará una buena disponibilidad para la planta. Respecto de otros indicadores de calidad, como tamaño y peso del fruto, un huerto en buenas condiciones, con un sistema de raíces sano, vigoroso y plenamente y en equilibrio con la parte aérea, va a ser capaz de producir más y mejor fruta, alcanzando mejores calibres sin arriesgar producciones futuras. 

¿Cuáles son los químicos recomendados para utilizar después de la cosecha para recuperar los nutrientes que se pierden durante el proceso de cultivo? ¿Cuáles son de sus productos los más recomendados por los expertos y por qué?

Cualquier recomendación va a depender siempre de la condición y requerimientos específicos de cada huerto, si bien hay manejos generales como la aplicación de productos orientados a prevenir enfermedades de la madera, fertilizaciones de postcosecha, herbicidas, etc. Tal y como se comentó anteriormente, este período es muy adecuado para tratar suelos pesados con productos que mejoren la estructura como los ácidos húmicos, principalmente aquellos con un alto contenido verificable de la porción húmica; otra opción igualmente efectiva son los compost y material estabilizado, idealmente certificado y en las cantidades adecuadas, para que realmente se vea un efecto; igualmente es en otoño e invierno cuando la aplicación de enmiendas calcáreas tiene su mejor oportunidad y mayor efectividad para corregir acidez e incrementar la disponibilidad de calcio en el complejo de intercambio, fundamental para el aprovechamiento en primavera. 

En el caso de Tavan, nuestras alternativas para suelo y raíces son Oxi Roots y Tavan Roots. En el caso de Oxi Roots, se trata de una enmienda de suelo en base a ácidos fúlvicos, materia orgánica estabilizada, aminoácidos libres y nutrientes como fósforo y potasio asociados a compuestos orgánicos; el objetivo principal de Oxi Roots es incrementar y mejorar la oxigenación del suelo, lo que es clave en períodos de activo crecimiento vegetativo y radicular, ya que la alta demanda metabólica implica un mayor consumo de oxígeno, el cual obtiene la raíz desde el mismo suelo. En suelos con tendencia a compactarse, con mala distribución de porosidad y problemas de permeabilidad, la provisión y circulación del oxígeno puede verse seriamente afectada, problema que en el caso del avellano es especialmente crítico por su mayor susceptibilidad a este fenómeno; en este escenario, el tratamiento con Oxi Roots permite mejorar rápidamente la oxigenación del suelo, tanto por su efecto múltiple sobre la estructura y microbiología del suelo y sobre la actividad misma de las raíces. Este producto es fácil de aplicar gracias a su formulación líquida y como su efecto es inmediato, se recomienda su uso durante todo el período de crecimiento activo, con mayor énfasis en los peaks de crecimiento de raíces.

Respecto de Tavan Roots, es un promotor natural del crecimiento y multiplicación de las raíces, gracias a que está elaborado con ingredientes naturales como extracto de algas, aminoácidos libres, fósforo y cobalto para suplir los requerimientos de las plantas durante los períodos de mayor expansión radicular. El uso de este enraizante permite lograr sistemas radicales equilibrados, abundantes y ramificados, sin generar raíces “etioladas”, algo muy común en productos a base de auxinas sintéticas que básicamente elongan las raíces, pero no estimulan ramificación, algo fundamental para lograr un sistema radical abundante y equilibrado. Tavan Roots se puede aplicar en mezcla con Oxi Roots (otra ventaja de este producto, pues la mayoría de las enmiendas deben aplicarse solas), en los peaks de crecimiento de raíces.

¿Qué viene para más adelantes en nuevos productos e innovación para huertos de avellano europeo?

Muchas innovaciones ya están aquí, lo importante es la apertura mental y disposición para incorporar las nuevas soluciones. Todavía vemos mucho huerto manejado de acuerdo con el “manual”, la “receta”, y la verdad es que la receta debiese ser ajustada siempre a cada situación, y siempre evaluar nuevas posibilidades, ya que nadie tiene todas las respuestas. Lo importante es disponer de información de buena calidad y respaldo técnico para sumar nuevas herramientas, ya que es la única forma de generar los espacios de confianza necesarios para dar el primer paso. Dentro de las innovaciones tenemos herramientas biotecnológicas para el manejo de plagas y enfermedades, productos basados y derivados de microorganismos antagónicos, manejos orientados a potenciar la vida del suelo, nuevos sistemas de conducción, variedades, etc.